Qué comer si tienes reflujo o hernia de hiato

Sep 15, 2025 | Uncategorized

El reflujo gastroesofágico y la hernia de hiato son dos de los trastornos digestivos más frecuentes en la consulta nutricional. Ambos se caracterizan por la presencia de ardor, sensación de quemazón en el pecho y, en muchos casos, dificultades para la digestión. Aunque el tratamiento médico es fundamental, una alimentación específica puede reducir los síntomas, favorecer la cicatrización de la mucosa y mejorar la calidad de vida.

Por qué la dieta influye en el reflujo y la hernia de hiato

Cuando el esfínter esofágico inferior se relaja en exceso o existe una hernia que facilita el ascenso del ácido gástrico, determinados alimentos actúan como desencadenantes. El objetivo de la dieta es disminuir la acidez y reducir la presión intraabdominal, evitando la irritación del esófago.

Alimentos que ayudan a controlar el reflujo

Una alimentación rica en productos frescos, poco grasos y de fácil digestión puede aliviar la inflamación y disminuir los episodios de ardor.

  • Verduras cocidas suaves: calabacín, zanahoria, patata, calabaza.
  • Frutas no ácidas: plátano maduro, manzana cocida, pera, melón.
  • Proteínas magras: pescado blanco, pavo, pollo sin piel, huevo cocido.
  • Grasas saludables en pequeña cantidad: aceite de oliva virgen extra, aguacate.
  • Cereales integrales suaves: arroz, avena, pan de espelta o trigo sarraceno.

Alimentos y hábitos que conviene limitar

Ciertos productos favorecen la relajación del esfínter esofágico y aumentan la producción de ácido.

  • Café, té negro, chocolate y bebidas con cafeína.
  • Tomate, cítricos, salsas de tomate industriales.
  • Alcohol, refrescos carbonatados y bebidas energéticas.
  • Fritos, embutidos grasos, comidas muy especiadas.
  • Menta, cebolla cruda, ajo en exceso.

Estrategias nutricionales y de estilo de vida

Además de elegir los alimentos adecuados, la forma de comer es clave para controlar el reflujo.

  1. Fraccionar las ingestas: 5–6 comidas pequeñas al día en lugar de 2–3 abundantes.
  2. Evitar acostarse al menos dos horas después de comer.
  3. Mantener un peso saludable, ya que el exceso de grasa abdominal incrementa la presión sobre el estómago.
  4. Elevar ligeramente la cabecera de la cama para prevenir el ascenso del ácido durante la noche.

Suplementación y microbiota

En algunos casos, un análisis de microbiota intestinal puede revelar disbiosis que perpetúan la inflamación. La reintroducción de bacterias beneficiosas mediante probióticos específicos contribuye a mejorar la función digestiva y reducir el malestar.

Enfoque integrativo para una mejor calidad de vida

La dieta es una herramienta fundamental, pero debe integrarse en un abordaje multidisciplinar que incluya seguimiento médico, control del estrés y ejercicio adaptado.
Si los síntomas persisten o se intensifican, es imprescindible la valoración por un especialista en trastornos digestivos para descartar complicaciones y personalizar el tratamiento.