Hipotiroidismo de Hashimoto

La tiroiditis autoinmune o de Hashimoto es una de las causas más frecuentes de hipotiroidismo. Su causa se desconoce, como sucede con la de la mayoría de las enfermedades autoinmunes, pero su aparición normalmente se atribuye a disruptores endocrinos, fármacos, susceptibilidad genética, infecciones virales, estrés, etc.

Síntomas hipotiroidismo de Hashimoto

A pesar de cumplir correctamente la posología del medicamento indicado para tratar esta patología (la levotiroxina), los pacientes con esta enfermedad manifiestan síntomas como: fatiga, estreñimiento, aumento de peso, dolores articulares, colesterol elevado, ansiedad, pérdida de cabello, síndrome premenstrual, mala memoria, falta de concentración, etc.

Tratamiento para la enfermedad de Hashimoto

En consulta, el primer paso consiste en realizar una anamnesis exhaustiva. En ella se incluyen no sólo aspectos claves sobre nutrición sino también un análisis del paciente en su conjunto, lo que aporta un enfoque integrativo. Se analizan y estudian los antecedentes personales, el estilo de vida, los tratamientos farmacológicos y suplementos, signos irritativos, la función osteoarticular, la función cutánea, la función digestiva, la función inmunitaria y la función hepática. También se realiza una valoración antropométrica y un registro de la historia dietética. Además, se solicita una analítica de sangre y pruebas médicas relevantes de los últimos seis meses, con el objetivo de obtener una  valoración global de los parámetros bioquímicos y clínicos. 

Plan nutricional personalizado para hipotiroidimo de Hashimoto 

A continuación, se diseña un plan nutricional para que los síntomas de esta enfermedad puedan mejorar (e incluso desaparecer) y con ello se consiga una mejora de la calidad de vida. Y además:

  • Se explica en qué consiste la enfermedad, qué alimentos se deben evitar y cuales se deben potenciar para disminuir la inflamación. Se revisan posibles déficits en ciertas vitaminas y minerales de vital importancia en hipotirodisimos de Hashimoto (yodo, selenio, hierro, L-tirosina, vitamina A, vitamina B12, magnesio, zinc y vitamina D). Se evalúan las analíticas y de ser necesario se deriva al médico si se detectan red flags o señales de alarma.
  • No sólo se pauta, sino que se enseña cómo debe alimentarse un paciente con hipotiroidismo para mantener la glándula tiroidea “tranquila”. Así mismo, se revisa que el aporte proteico del paciente sea el adecuado (sobre todo en pacientes veganos y vegetarianos).
  • Se hace hincapié en la importancia de un estilo de vida saludable, que implica un buen descanso, la regulación de los ritmos circadianos y la mejora del sueño mediante la higiene del sueño.
  • Se analiza la buena o mala gestión de los estresores diarios y se estudia la posible suplementación con adaptógenos (aswaghanda, rodiola, etc.) para mejorar la tolerancia al estrés, valorando la derivación a otros profesionales sanitarios como psicólogo/a o psiquiatra.
  • Se aportan consejos generales sobre el tipo de ejercicio físico a practicar y se enseñan estrategias para aumentar el gasto energético diario, así como para potenciar el metabolismo basal y aumentar el NEAT.
  • Se evalúa la función digestiva y se ofrecen estrategias nutricionales con el fin de aumentar la motilidad intestinal, aumentar el flujo biliar, tratar la disbiosis y disminuir el metano en caso de concomitancia con SIBO.
  • Se aplica la inmunonutrición con el fin de apoyar al sistema inmunológico para que sea eficaz en la lucha contra de reactivaciones virales, frecuentes en enfermedades autoinmunes.
  • Se estudia la reeducación de la microbiota intestinal, ya que una gran parte de los pacientes con hipotirodismo de Hashimoto padece de disbiosis intestinal.

En definitiva, el plan nutricional que se entrega al paciente, personalizado e individualizado, está basado en el consumo de alimentos que ayuden a disminuir la inflamación de la glándula tiroidea y a evitar el consumo de enemigos de ésta (azúcar, café, alcohol, soja, alimentos ultraprocesados, maíz, gluten, etc.). Dicho plan tiene también como objetivo evitar que existan déficits nutricionales y asegurar los  micronutrientes imprescindibles para el buen funcionamiento de la glándula (zinc, selenio, vitamina C, vitamina A y D, entre otros).

 

“Cuida tu microbiota, cuida tu salud”

Servicios

Todos los servicios

Pedir cita

Redes Sociales

Instagram

Contacto

Legal

Aviso legal

Política de Cookies

Política de privacidad

Patricia Alonso Lovera – © Copyright 2022